Este domingo 27 de abril coincide la festividad de la Divina Misericordia con la celebración de la canonización de dos hombres que marcaron el siglo XX. Uno, promovió el cambio y la necesidad de acercar la Iglesia a sus raíces, impulsando el Concilio Vaticano II. Y otro, llevó el Evangelio a nuevas fronteras en medio de la Guerra Fría, además de tener la difícil misión de proyectar la Iglesia hacia el siglo XXI.

Juan XXIII y Juan Pablo II, son dos personalidades particulares que dieron vida a un mensaje renovador, motivando a gente de todos los lados del mundo a ser partícipes de la Buena Noticia. Ambos con estilos propios, pero siempre bajo un mismo anhelo: dialogar con el mundo y llevar el Evangelio a todos los rincones posibles.